Por Ariel Coppolillo
Dedicado a todos los triperos desparramados por el mundo, que sienten que El Bosque es un sitio mágico en nuestras vidas, la infancia, el barrio, los amigos.
Para todos ellos, y también para quienes no lo sienten. Quizás leyendo este cuento puedan entenderlo, al menos por dos minutos, lo que siento yo y otros miles.
La gente va llegando a un sitio sumamente verde, lleno de añejos árboles inmensos e históricos y con un aroma a eucalipto que cuando lo sentís te hace acordar a cuando eras pibe y lo disfrutaste por primera vez. Pero también hace proyectar los sueños, esos que muchas veces fueron desplazados por los permanentes cachetazos vividos, los cuales enfervorizan tamaño sentimiento.
El soñar más de lo normal no es conveniente, pero como la única medida del amor es amar sin medida, todo el mundo sigue dando todo de si, al menos estos habitantes de “sueños verdes”.
Para habitar este lugar hay que poseer dos cualidades para nada menores como saber querer y estar capacitado para amar alguna vez.
Un verde que extrañamente fue cómplice de innumerables alegrías de fin de semana. Claro que de noche hasta se ven luces de autos que se mueven estando apagados y vidrios empañados ya que también es afrodisíaco y hasta ha generado debuts inesperados y primeros besos.
Pero... tal vez tampoco entienda, el mismo sitio, porque tantas veces se vea salir de algún lugar donde todos se juntan, gente con caras largas y muecas de lo que vendrá.
¿Será que la misma naturaleza plantea entre las personas que al mirar para abajo se pueda disfrutar mas esta bendita tierra que le besa la nuca a las diagonales? .Esas que hacen que la gente se pierda y no en lo mas espeso de este verde pasional, sino de la ciudad que con su cien por ciento de cemento le da las espaldas a este paraíso lleno de vida e historias.
Por allí pasaron centenares de generaciones, pero lo mas profundo es saber que estos locos siempre tuvieron el mismo sueño y pelearon por él a pesar de infinitos sinsabores.
De todos modos la esperanza misma esta representada por el color verde, y no es casualidad que en este sitio haya tanto para que los ojos se iluminen.
Los que pasaron ya lo disfrutaron, algunos estarán en el cielo, pero no por cualquier parte, sino justo encima de este verde de domingo. Lo eligieron sin pensar más en nada que, en no añorarlo tanto, porque este oasis será para siempre el más preciado de los tesoros para los miles de hermanos gemelos del alma que luchan por este sueño. Un sueño verde, lleno de vida, de color y de esperanza.
Pero... nadie imagina que un día una malvada decisión humana haga que los que caminan entre hojas, eucaliptos y aromas infinitos y tentativos tengan que hacerlo por otro sitio, encima de pavimento o algo así, porque es inimaginable que suceda algo de tamaña magnitud.
Como el oso cuando es sacado de su hábitat para ir primero a las jaulas y después al circo, solo por la felicidad de quienes sin saberlo son cómplices.
Este sueño verde solo desea ser para siempre, y para los que lo adoptaron con el corazón...
Pero ahora esta triste y suplica que no lo abandonen, parece mentira que luego de haber brindado tanto, sin pedir nada a cambio ahora este siendo tan traicionado. Teme por ser transformado por las frías ideas del ser humano y su peor pesadilla es ser dejado de lado luego de haber entregado ilusiones, y aunque jamás sea abandonado, ya existe una barrera entre sus habitantes y los millones de componentes naturales que forman el esplendor de su verde esperanza. El solo hecho de haberlo intentado hace sospechar que la magia del paisaje quedara para siempre triste y desencantado.
(Escrito antes de la decisión tomada por la Comisión Directiva actual del Club de Gimnasia Y Esgrima La Plata y luego de no haber brindado la asamblea correspondiente y establecida en su momento)
Este escrito nos llego a nuestras manos de parte de una integrante de la filial que hacia tiempo lo tenia guardado, y por eso decidimos publicarlo. Espero que les guste.
Nicolás
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